Velero por el Sarónico Junio 2007 (11)

Los preparativos de Taco para la partida nos recuerdan que esto va llegando a su fin; que penica, lo del fin y lo de que se vaya, la verdad es que ha resultado ser un tío majo y divertido y ha sido uno mas en el grupo, al subir al ferry le cantamos el adiós con el corazooooon y algo se muere en el alma y le despedimos con los sujetadores en ristre, el pobre se muere de la vergüenza; y vuelta a zarpar hasta la cala de Egyna sabiendo que es la última etapa. !Qué sensación mas extraña¡

Nos bañamos con avidez, como si el mar se fuera a acabar; el agua está mejor que nunca y nos resistimos a salir, viendo que el tiempo se le termina por fin Soco estrena el neopreno y se lo deja a Aitziber, cuando el agua está más caliente.

La vuelta la hacemos todas en cubierta, bebiéndonos el paisaje, desmenuzando cada isla, interiorizando cada detalle, intuyendo que cuando estemos lejos nos tendremos que agarrar a estas imágenes para recordar esta experiencia tan fantástica. Atenas se empieza a divisar a lo lejos cuando todavía falta más de una hora para llegar. A las 8 llegamos a Atenas y la entrada por la bocana del puerto con todos los mástiles entre luces de atardecer es un espectáculo precioso.

En Atenas estamos todas como desubicadas. El capitán nos pide que nos pongamos hechas un brazo de mar, qué otra cosa nos podía pedir un capitán de barco. Cenamos literalmente en la playa, o sea, hundidas en la arena.
Dormimos por última vez mecidas por las olas y después del último desayuno comienza el zafarrancho de combate, se acabaron las trabajadoras de superficie, las freganografas, la hidroterapia, la besoterapia y las funciones de anclera. Llega también la despedida acelerada de Patxi, a él tampoco le gustan nada estos momentos tristes, y el entierro de Domingo en un contenedor de basura cualquiera, triste final para un compañero "fidel"; si llega a ser un hijo de puta no sé dónde lo hubieramos enterrado.

El Velero termina aquí pasamos dos días en Atenas, la vuelta a una gran ciudad, 46 grados, ruído,... ancladas en los días vividos en maravilloso Egeo, lo pasamos bien de todas formas ya que estamos con Xristos y con Lena, una noche maravillosa, al día siguiente al mediodia volvemos a Pamplona, ...

Como dice Soco el cuerpo viaja con medios técnicos mas rápidos que el alma y, tal y como estamos, me temo que nuestras almas van a tardar una buena temporada en regresar de este maravilloso e inolvidable viaje a Itaka.